viernes, 15 de mayo de 2009

Competencias necesarias de los recursos humanos para implementar las reformas del sistema de salud con base en la Atención Primaria de Salud


Por Anibal Velásquez

Considerando que se necesitan hacer 4 grupos de reformas para implementar la APS renovada (Fig. 1), estas deben ir acompañadas de políticas y programas que desarrollen las competencias de los recursos humanos del sistema de salud.

Fig. 1. Reformas necesarias para reorientar los sistemas sanitarios
hacia la salud para todos[1]




















Competencias para las reformas de cobertura universal

Se necesita recursos humanos para administrar la financiación y ampliar la cobertura de servicios en los siguientes componentes:

1) Planificación y diseño del sistema de salud: recursos humanos con liderazgo y con habilidades para convocar y sustentar el incremento del financiamiento para la cobertura universal de salud. RHUS que establezcan prioridades, definan el paquete básico de atención (preventivo, recuperativo y de rehabilitación), planifiquen los servicios y recursos humanos necesarios para la prestación de atención de salud, estudien las intervenciones más costo-efectivas, calculen actuarialmente el financiamiento del paquete básico.
2) Implementación del nuevo sistema de salud: recursos humanos que puedan administrar el financiamiento, los mecanismos de pago, elaboren los proyectos de inversión de la ampliación de servicios de salud, desarrollo de una política de que permita asignar recursos a las áreas más pobres y menos accesibles.
3) La evaluación y seguimiento del sistema de salud

En el plano gerencial y político se necesita desarrollar los mecanismos administrativos y financieros para contar con recursos humanos calificados adecuadamente remunerados.

Competencias para las reformas de prestación de servicios

“Las reformas de la prestación de servicios que propugna el movimiento en favor de la APS tienen por objeto situar a las personas en el centro de la atención sanitaria para conseguir que los servicios sean más eficaces, eficientes y equitativos”[2]. En consecuencia, se necesitan recursos humanos que mejoren el trato con los usuarios de los servicios de salud bajo los principios de centralidad de la persona, continuidad, integralidad e integración.

Se necesita desarrollar competencias para focalizar la atención en las necesidades de salud, realizar atención integral, continua y centrada en la persona. El personal de salud también requerirá competencias para afrontar los determinantes de la mala salud y para asociarse con la comunidad. Los equipos de atención primaria no pueden responsabilizarse plenamente de su población si no cuentan con el apoyo de servicios especializados, organizaciones e instituciones ubicados fuera de la comunidad atendida. Por lo tanto, se necesita desarrollar competencias para la coordinación que permita fomentar la movilización en todos los sectores.


Competencias para las reformas de políticas públicas

Las políticas que deben aplicarse para la APS son[3]: i) sistémicas: disposiciones para los elementos constitutivos de los sistemas de salud que apoyen la cobertura universal y la prestación eficaz de servicios; ii) políticas de salud pública: intervenciones específicas necesarias para hacer frente a los problemas sanitarios prioritarios mediante actividades transversales de prevención y promoción de la salud; y iii) políticas en otros sectores: contribuciones a la salud que pueden llevarse a cabo mediante la colaboración intersectorial.

Estas políticas públicas cuyas disposiciones abarcan desde el nivel local hasta el supranacional requieren de capacidad institucional para elaborar políticas públicas ajustadas a los objetivos de la APS. Por lo tanto, se requiere financiar la formación de recursos humanos con competencias técnicas para generar evidencias que sustenten las políticas públicas.

“En muchos países, los Institutos Nacionales de Salud Pública han sido los principales proveedores de competencias técnicas independientes para la salud pública, pero también, de manera más general, para las políticas públicas. Algunos tienen un historial prestigioso: la Fiocruz en el Brasil, el Instituto de Medicina Tropical «Pedro Kourí» en Cuba, Kansanterveyslaitos en Finlandia, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en los Estados Unidos, o el Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología en Viet Nam… Sin embargo, esas entidades son cada vez menos capaces de afrontar las numerosas demandas nuevas de políticas públicas para proteger o promover la salud. Esta tendencia está dejando a los clásicos institutos de salud pública nacionales e internacionales con un mandato sobredimensionado e insuficientemente financiado, lo que plantea problemas de dispersión y dificultades para reunir una masa crítica de competencias diversificadas y especializadas”[4]. Es una transformación necesaria a realizar en los próximos años y que requiere de financiamiento.


Competencias para las reformas de liderazgo

Para implementar sistemas de salud con base en la APS se necesita que el sector gubernamental de salud ejerza modelos colaborativos de diálogo sobre las políticas de salud con múltiples interesados, porque eso es lo que las personas esperan y porque es la opción más eficaz para implementar las reformas.

Si bien es cierto que la responsabilidad de configurar los sistemas nacionales de salud incumbe a los gobiernos, en las reformas deben participar muchos otros: grupos políticos nacionales y los gobiernos locales, los profesionales sanitarios, la comunidad científica y las organizaciones de la sociedad civil, así como la comunidad sanitaria mundial.

Se deberá tomar en cuenta que “la gobernanza sanitaria es uno de los principales instrumentos de política pública para la protección y la redistribución institucionalizadas. En los Estados modernos se espera de los gobiernos que protejan la salud, garanticen el acceso a la atención sanitaria y salvaguarden a las personas del empobrecimiento que pueden acarrear las enfermedades. Estas responsabilidades fueron ampliándose y a ellas se sumó la corrección de los fallos del mercado que caracterizan al sector sanitario. Desde principios del siglo XX se han añadido progresivamente la protección de la salud y la atención sanitaria como bienes que están garantizados por los gobiernos y son fundamentales para el contrato social entre el Estado y los ciudadanos”[5].

Se necesitan nuevas competencias para sustituir los modelos de gestión excesivamente simplistas del pasado por una mediación eficaz en salud que adopte nuevos mecanismos para el diálogo multilateral sobre políticas a fin de formular las orientaciones estratégicas de las reformas de la APS.

Por lo tanto, se necesita una masa crítica de personas e instituciones comprometidas y experimentadas, las cuales no sólo deben llevar adelante tareas técnicas y organizativas, sino que han de ser capaces de dialogar y organizar procesos participativos, y generar credibilidad y legitimidad.

“Sin embargo, a menudo no se dispone de esa masa crítica de personas e instituciones. Las más preocupantes son las instituciones de los países de ingresos bajos que han sufrido decenios de abandono y desinversión. Es frecuente que carezcan de credibilidad y de recursos, y que su personal más importante haya encontrado entornos laborales más gratificantes en organismos asociados. La mala gobernanza complica la situación y se ve agravada por la presión internacional en pro del minimalismo estatal y por la influencia desproporcionada de la comunidad de donantes. En estos entornos, que se caracterizan por una importante dependencia de la ayuda técnica externa, de los conjuntos de instrumentos (toolkits) y de la formación, las respuestas convencionales a las deficiencias de la capacidad de liderazgo han resultado decepcionantes”[6].

Aquí se necesita una gran transformación que requiere fortalecer las funciones de rectoría dialogante con liderazgo legítimo. Las competencias de diálogo y negociación, así como la de participación eficaz son necesarias en los recursos humanos de salud.

En suma, si se necesita que el sector salud tenga liderazgo para que los otros sectores, grupos sociales y comunidad puedan hacer las reformas necesarias que intervengan en los determinantes sociales, incluyendo el desarrollo social.

REFERENCIAS

[1] OMS. Informe sobre la Salud en el Mundo 2008. La Atención Primaria de Salud más necesaria que nunca. Ginebra: Organización Mundial de la Salud
[2] OMS (2008). Informe sobre la Salud en el Mundo 2008. La Atención Primaria de Salud más necesaria que nunca. Ginebra: Organización Mundial de la Salud
[3] OMS (2008). Op.Cit.
[4] OMS (2008). Op. Cit.
[5] OMS (2008). Op. Cit.
[6] OMS (2008). Op. Cit.
Foto credito: Anibal Velásquez en la Sala A de la Organización Panamericana de la Salud en Washington 2009

No hay comentarios.: